A Sierra Morena iremos
aünque tarde ya sea,
a llorar entre las yedras
ausências de Dulcinea;
se ya nos comen, nos matan,
heridas de mucho amor,
a Sierra Morena iremos
a ofrecer nuestro dolor.

Cubierta de panos tristes
la vieja y triste figura
que quiere vivir la vida
(lo que tiene de aventura)
se rinde a amor encendido
que de amor no tiene ayuda,
vestida de medio arriba
de medio abajo desnuda.

Entonces, en la distancia,
bajo la dulce armonía,
cuando la noche se llegue
o mientras se llegue el dia,
sepa de nuestra locura
la voz lejana dei viento,
nuestro amor, nuestra memória,
deseos de atrevimiento.

Y en penitencia, senora
de no turbada hermosura,
de frente clara de diosa,
ojos de bella pintura,
sea luz, presencia en sueno
reposada em nuestra mono,
sonrisa de suave aliento
tornando al enfermo en sano.

Mejor que la Pena Pobre
Sierra Morena nos es,
duerme la amada lejana
el mundo todo a sus pies,
nosotros em pobre sierra,
en singular penitencia
porque la lucha se acabe,
después se acabe la ausência.

Pues Sierra Morena tenga
nuestros pies de noche y lana,
que a Sierra Morena iremos
manana, por la manana;
en la distancia se oyen
viejas condones de cuna.

Nuestros alas ya se mueren
tintas de sangre y de luna.