EL BESO DE STEINLEN (de la muestra El Beso)
A la intemperie…
Amparados en la terca ingratitud de la llovizna.
Las fauces de la noche
Van derramando las últimas penumbras
Y éste deseo agazapado y perenne, que no cesa.
El ruido de los besos repta sobre el asfalto,
Como un sórdido crujido en el silencio.
Y me quedo así,
Anclada a este deseo.
Enredada entre tus brazos fuertes.
Muda, obscena… A espaldas del silencio,
Ungida de placer y desnuda de tinieblas,
Como una ingrávida paloma negra.
Enarbolando este amor…
Por donde vaya.
LARA RIBERO